lunes, abril 30, 2007

V Conferencia General de Aparecida

Carta de Asociaciones Laicas chilenas  al Papa y a los Obispos de América Latina y el Caribe, reunidos en la V Conferencia General de Aparecida

 

El Papa Juan XXIII, al inicio del Concilio Vaticano II dijo proféticamente: "la Iglesia es de todos, pero particularmente es la Iglesia de los pobres".  También lo han repetido pastores ejemplares como Monseñor Manuel Larraín, Helder Camara, Enrique Angelelli, Juan Landázuri, Raúl Silva, Leonidas Proaño, Enrique Alvear, Pedro Casaldáliga, Juan Gerardi, Samuel Ruiz, Ivo Lorscheiter, Fernando Ariztía, Alejandro Jiménez, Luciano Mendes de Almeida, Oscar Romero, etc. Ellos reafirmaban esta línea pastoral dando cuenta de que "la Iglesia cumple una función esencial de su misión cuando ejerce su tarea profética. El profetismo no se pone contra nadie. Su acción se dirige a desvelar el pecado personal y social que amenaza y esclaviza a las personas"1. Estos claros conceptos han estado presentes antes y después de  la fundación del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) que ha convocado a su V Conferencia General en Brasil.

 

Hoy, los obispos del Continente van al Santuario de Aparecida para escrutar los signos de los tiempos y, a discernir las angustias y las alegrías del pueblo latinoamericano en momentos históricos bien definidos y cruzados por una línea maestra que es el modelo económico neoliberal que azota y castiga a los más pobres y los condena a una especie de muerte lenta. Por cierto que en estos tiempos es difícil ser genuino discípulo de Jesús, más aún si consideramos con seriedad que ser discípulo es cambiar de vida!

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