jueves, junio 29, 2006

CHILE: UNA CONVERGENCIA POSIBLE PARA LA DEMOCRATIZACIÓN DEL PAÍS

Por: Carlos Donoso Pacheco

La más importante organización obrera de Chile, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), se ha puesto al frente de las luchas socio-políticas, para remover los nudos antidemocráticos de la institucionalidad chilena.


Ha entendido muy bien que las posibilidades de avanzar en materia de conquistas sociales se amplían si se logra remover los nudos antidemocráticos de nuestra institucionalidad política. De hecho la CUT ha incluido, como un tema central de su plataforma de acción, el cambio del actual sistema electoral, por su carácter no democrático.

En ese sentido, resulta muy significativo, acertado y oportuno el llamado que hizo hace algunos días esta central gremial a los partidos políticos de "inspiración democrática" para "sumar fuerzas en un gran movimiento por la democracia y la justicia social" y, en particular, por un sistema electoral proporcional, representativo, sin exclusiones y que incorpore el plebiscito para temas de interés nacional.

No menos significativa fue la amplia y potente acogida que tuvo este llamado. En efecto, la actividad comunicacional -que por cierto no fue cubierta por los medios de derecha- en que la CUT lo dio a conocer fue también protagonizada no sólo por partidos de izquierda (Comunista e Izquierda Cristiana) –que han sostenido de modo permanente la necesidad de realizar transformaciones sociales y políticas profundas-, sino por los partidos de la Concertación y de gobierno (Socialista, PPD, PRSD y Demócrata Cristiano) –que hasta ahora no habían mostrado una clara voluntad de impulsar cambios de este tipo-.

Parece importante, pues, la confluencia que se ha producido. Porque constituye una señal muy positiva en el sentido de que es posible unir, tras objetivos específicos y de evidente beneficio para el país -como lo es el del cambio del sistema electoral- a fuerzas políticas que sostienen posiciones globales muy diferentes u opuestas.

Esto tiende a viabilizar, por otra parte, una demanda como ésta. Lo que no es nada fácil. Sabemos, de partida, que las ventajas que la derecha ha logrado precisamente con este sistema electoral le otorgan un poder en el Congreso que se convierte en una traba para la aprobación de un proyecto de ley que realmente represente un cambio de sistema y no una mera "corrección" del mismo, como lo han propuesto algunos personeros derechistas.

Ahora bien, ante una dificultad como ésa, la movilización social y política se impone como una necesidad ineludible. Incluso, las pocas posibilidades que uno puede prever de que se logre un acuerdo con al menos un sector de la derecha para un cambio de verdad en esta materia, se podrían ver ampliadas con una gran movilización como la que ha planteado la CUT.

Pero esa necesidad es todavía mayor para el caso –aun más probable- de que la derecha toda se oponga en definitiva a un proyecto de ese tipo. Porque entonces lo que habría que pedir al gobierno es que llame a un plebiscito o consulta nacional, como la propia CUT lo ha dejado planteado, de modo que sea el propio pueblo el se pronuncie directamente sobre este tema y cree así una situación realmente nueva en la política nacional.

Pensamos que para la izquierda esta tarea y su cumplimiento no es una cuestión que sólo interese para estar presente en el parlamento conforme a su votación. Se trata de algo que forma parte de una lucha que reviste un significado más amplio: avanzar hacia una mayor democratización y una mayor justicia social en Chile. En este sentido, y aun dentro del mismo terreno del sistema electoral, importa por ejemplo que cada zona del país esté también proporcionalmente representada, cosa que hoy no ocurre; que los dirigentes sindicales –como lo ha estado planteando especialmente el Partido Comunista- no estén impedidos de ser parlamentarios; que también puedan serlo los mayores de 18 años. Igualmente, deberían democratizarse los gobiernos regionales -como lo ha propuesto recién Renovación Nacional-, y otras instituciones del país.

Es más, la izquierda debe conectar, como lo está haciendo la CUT, el trabajo en torno a estas demandas democratizadoras con el que hay que realizar en relación con otras, de carácter económico y social. También para esto son necesarias las convergencias y las movilizaciones amplias, conducentes a una transformación profunda de nuestra sociedad.

Por: Carlos Donoso P. El autor es director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Bolivariana. Miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital y Director de la Revista Reflexión y Liberación. Secretario General del Partido Izquierda Cristiana de chile.

Santiago de Chile, 27 de junio 2006
Crónica Digital